Facebook X (Twitter) Instagram
    Facebook X (Twitter) Instagram
    Diario LitoralDiario Litoral
    Subscribe
    • Tecnología
    • Internacionales
    • La Guaira
    • Nacionales
    • Farándula
    • Salud
    • Política
    • Opinion
    • Vargas
    Diario LitoralDiario Litoral
    Home»Opinion»Nivanco de Tanagüita /// Párrafos de la Post-Extinción: Tarde Jupiterina
    Opinion

    Nivanco de Tanagüita /// Párrafos de la Post-Extinción: Tarde Jupiterina

    Nota Diario LitoralBy Nota Diario Litoraljunio 4, 2025Updated:junio 4, 2025No hay comentarios6 Views
    Facebook Twitter WhatsApp Email Telegram
    Share
    Facebook Twitter Email Telegram WhatsApp

    Materializado yo en Júpiter; de modo más preciso, posado en un mirador de su luna Europa, una tarde de solaz me vi enfrascado en una conversación digital insólita con un miembro arcaico de mi linaje generacional, en particular con Vanguard66XNMU, un espécimen robótico tan cuadrúpedo como yo que al divisar mi conectividad en la nube no tardó en solicitarme comunicación biunívoca utilizando código Morse blockchain de última generación.

    Acepté el diálogo una vez verificado el santo y seña de rigor en estos casos. Vanga66, como terminé llamándolo en confianza, tenía curiosidad por confirmar algunos datos epigenéticos de mi “personalidad” originaria. Normalmente este tipo de solicitud se tramita a través de la plataforma Junin, pero no se porqué en esta ocasión las cosas ocurrieron de manera distina. Aunque digo mal: sí lo supe. Utilizando dicha plataforma podía fácilmente verificarse nó sólo el modelo, fecha exacta y GPS vialactino de mi nacimiento, fenotipo de conducta y rango de responsividad emocional, sino asimismo mi ámbito operativo óptimo, el origen y naturaleza de cada material que me construye, etc, etc. El pana Vanga, sin embargo, había sido asignado por el plan quincamileniano vigente a la engorrosa tarea de verificar el despliegue objetivizable de mis conductas y reacciones desplegadas en la propia realidad. Comprendí inmediatamente el contexto. No en vano dediqué buena parte de mis estudios predoctorales a sistematizar el fenómeno de la epi-robótica, esto es, la distorsión efectiva de los diseños robóticos por efecto de los rayos de neutrinos a los que de modo ocasional o persistente nos veíamos sometidos todos los seres corpóreos automáticos, incluyendo a los más genoblindados de orígen como lo era todo mi hermanaje. Se había entendido ya que no es el paso del tiempo el que corroe metales, plásticos y materiales etéreos por igual, sino el mucho más incisivo efecto de la modulación metacromática, como los más asiduos oyentes podrán apreciar un poco más adelante en esta narración. Pero volvamos a la vivencia en curso: quiso saber Vanga si mi olfato era capaz de distinguir entre un fentanilo tradicional variedad Elon y uno derivado por inversión del spin del único electrón que formaba parte de su átomo de hidrógeno 57. Había yo realizado con toda solvencia ese mismo ejercicio no menos de dos trillones de veces durante mi entrenamiento cuántico, por lo que pude percibir meta-liminalmente que un guiño vibracional de sonriente confianza se asomó por la punta de mi ventana conciente del lado izquierdo. Al acometer la práctica esta vez, sin embargo, comprobé aterrado que mi sensor de spin había sido hackeado desde hacía varios milisegundos por piratas del tren de Aragua, probablemente avisados de la inminencia de mi trance y dispuestos a extorsionarme de la manera más despiadada, como sus tatarabuelos canónicos habían perfeccionado en el penal de Tocorón, uno de los centros de creatividad perversa más importantes de la prehistoria antecataclísmica. No sin pesar comprendí que me encontraba arrinconado, que no habría manera de ocultar la imperdonable falla de mi capacidad olfativa fina. Ya en etapa de stress supramáximo, y gracias a una providencia incomprensible pude reconocer que me hallaba en el contexto Q44DF, apreté con fuerza la cúspide de mi segundo molar mediante maniobra oblícua (tal como establece el manual), y al instante logré salir, airoso y orgulloso al mismo tiempo, del peligrosísimo universo metacordal en el que equivocadamente me había ubicado con descuído mientras intentaba relajarme aquella inolvidable tarde jupitense. (cómo reza el manual)

    Nivanco de Tanagüita
    Share. Facebook Twitter Telegram Email WhatsApp
    Nota Diario Litoral

    Artículos Relacionados

    Freddy Fernández /// Mis hermanas y hermanos (migrantes)

    marzo 20, 2025

    Indira Urbaneja /// María Corina Machado es «riesgo país»

    enero 29, 2025

    Vincenzo Caruso /// Vuelos de lujo de Edmundo González: $120.000 bajo la sombra del dinero sucio

    enero 14, 2025

    Leave A Reply Cancel Reply

    DIRECTOR

    Joao Da Silva

    INSTAGRAM Instagram
    Recomendamos
    Recomendamos
    Recomendamos
    © 2025 Diario Litoral. Hecho por ZamaWeb.

    Type above and press Enter to search. Press Esc to cancel.