El canciller de la República, Yván Gil, señaló que la organización debe abstenerse de “la creciente tendencia a sustituir, minimizar o equiparar el papel central de los Estados con los actores no estatales que representan los interesa del Norte».
El canciller de la República, Yván Gil, afirmó que es momento de poner fin a las «medidas coercitivas unilaterales» y avanzar hacia el multilateralismo por la convivencia pacífica global.
Durante su intervención en la Cumbre del Futuro ONU 2024, Gil enfatizó la importancia de renovar el compromiso “tanto con la letra y el espíritu” de la Carta de la Organización de Naciones Unidas (ONU) “donde los países miembros deben tener el entendimiento crucial de comprometerse a fortalecer el multilateralismo y a preservar la naturaleza antigubernamental de la organización”.
El canciller añadió que la organización debe abstenerse de «la creciente tendencia a sustituir, minimizar o equiparar el papel central de los Estados con los actores no estatales que, en su mayoría, representan los interesa del Norte”.
Recalcó que, paradójicamente, en un momento en que la creciente interconexión global exige un mayor pluralismo, “el mundo es testigo de un creciente recurso al unilateralismo marcado con acciones aislacionistas y arbitrarias como la imposición de medidas coercitivas unilaterales, o el intento de sustituir el derecho internacional por un supuesto orden basado en reglas, está socavando los esfuerzos cruciales para abordar retos que nos son comunes”.
Gil insistió que el verdadero multilateralismo y “la aplicación sin dobles raseros de los principios de la Carta de Naciones Unidas, constituyen el núcleo de las relaciones internacionales y son necesarios para la coexistencia pacífica de las naciones”.
Recalcó que no “habrá un futuro sin paz y no habrá paz sin desarrollo, por lo que se requiere, entre otras cosas, que se haga realidad el derecho inalienable a la autodeterminación de los pueblos que viven bajo una ocupación extranjera y colonial”.
De esta manera, enfatizó que es momento de avanzar hacia la eliminación del colonialismo en todas sus formas y manifestaciones, determinando que “es nuestro deber moral y ético concluir los procesos de descolonización aún pendientes”.
“Además de vivir en paz, nuestros pueblos también merecen vivir mejor, por lo que estamos convencidos que el derecho al desarrollo debe ser el motor y el objeto de nuestra organización”, agregó.
Gil explicó que “nuestro futuro depende de garantizar que nuestras naciones, en particular las del sur global, retomen el camino hacia la consecución oportuna de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), para lo cual es urgente avanzar en la reforma de la arquitectura financiera internacional, diseñada hoy, para perpetuar un modelo de dominación y dependencia; y de poner fin a la promulgación y aplicación de medidas coercitivas unilaterales”.
El canciller aseveró que es urgente garantizar una relación equilibraba de los tres pilares de las Naciones Unidas, así como asegurar un orden mundial pacífico, próspero, justo y equitativo en cumplimiento y estricta adhesión a los propósitos y principios consagrados en la Carta de Naciones Unidas.
“Solo la consolidación de las relaciones de amistad y cooperación entre los Estados garantizará la paz, la seguridad, la estabilidad y el desarrollo de la comunidad internacional como un todo”, refirió.
Lamentó que la Cumbre del Futuro y sus documentos finales “no hayan sido tan ambiciosos como se esperaba en términos de impulsar la agenda 20-30 para el desarrollo sostenible, en relación a la falta de voluntad política de los países desarrollados”.
Asimismo, reiteró el llamado urgente en favor al alto fuego en Gaza, a la justicia y al fin de la ocupación ilegal de Israel, así como a que “el Consejo de Seguridad de la ONU asuma plenamente sus responsabilidades, incluso reconsiderando favorablemente la aplicación de Palestina como Estado miembro de pleno derecho de la ONU”.
“Guardar silencio no es una opción, pues ello ha terminado por envalentonar a la potencia ocupante que sigue cometiendo con total impunidad graves violaciones al derecho internacional”, sentenció.