Las farmacéuticas han lanzado un medicamento para combatir eficazmente la obesidad. Y si bien la pérdida de peso está garantizada, los científicos aún no son capaces de explicar razonablemente de qué manera actúa en el organismo para lograr resultados que algunos consideran revolucionarios
Caracas. El medicamento se desarrolló inicialmente para combatir la diabetes, pero como sucedió con el Botox, sus resultados colaterales lo han convertido en una de las fórmulas más exitosas para ayudar a bajar de peso a las personas que sufren de obesidad: las marcas Ozempic y Wegovy han tenido tanto éxito que debido a la alta demanda a escala planetaria, mejoró notablemente la economía de Dinamarca, país donde se fabrican ambas.
De hecho, el laboratorio Novo Nordisk, fabricante de medicamentos, se ha convertido en la tercera empresa más valiosa de Europa y algunas celebridades, como la actriz Amy Schumer (notablemente más delgada) ha defendido públicamente el uso de Ozempic para bajar de peso efectivamente.
“Es revolucionario”, dijo a The New York Times el historiador de políticas de servicios de salud y medicina, Jonathan Engels, de Baruch College en Nueva York. Pero la razón por la que estos medicamentos son efectivos en el tratamiento de la obesidad es todavía un misterio.
Para explicarlo en palabras sencillas, estos fármacos exponen al cerebro a un nivel de hormonas que no se observa en la naturaleza. Y en el cerebro “los fármacos van a lugares inusuales” y no solo a las áreas que se cree controlan el deseo de comer en exceso. En ambos medicamentos, se trata de una inyección – que viene en forma de un «bolígrafo» grueso con capacidad para cuatro dosis – que se debe administrar 0,25 miligramos una vez a la semana y al cabo de un mes, aumentarla a 0,5 mg., siempre bajo control médico, obviamente.
Un medicamento similar, para combatir la diabetes y fabricado por Lilly, está esperando su aprobación por parte de la FDA para uso en el tratamiento de la obesidad mediante una combinación de dos hormonas que puede ayudar a las personas a bajar alrededor del 20 por ciento de su peso, en promedio.
“Nadie comprende bien por qué funcionan», insisten los investigadores, que continúan maravillándose ante esos misterios bioquímicos. Pero este descubrimiento accidental sin duda mejorará la calidad de vida de millones de personas obesas, una enfermedad que compromete la salud pública de cualquier país.